Soy Armonía Divina. El Camino Hacia el Propósito de Vida
Desde la concepción, el camino de la vida en la Tierra se dirige hacia la expresión del propósito, entonces todo, absolutamente todo lo que sucede en la vida es una carretera que conduce a la expresión de nuestro más alto potencial.
Esto quiere decir que todos, con o sin consciencia, estamos viviendo en propósito y que todos no importa si somos “buenos” o “malos” estamos cumpliendo con nuestro plan divino.
Esta afirmación puede ser bastante controversial, pero es importante que sepamos que para la divinidad, no importa la religión o el camino espiritual que sigamos, siempre está con todos.
Sin embargo, en la medida en que tomamos consciencia de lo que estamos haciendo por el planeta y por nosotros mismos, vamos ganando habilidad y nos encaminamos en un sendero de prosperidad, alegría y plenitud.
El proceso de materialización de nuestro propósito pasa por 4 etapas que a continuación explicaré:
1.Esclavitud: En esta primera fase vivimos desde la supervivencia, es decir que todo lo que nos moviliza es lograr sobrevivir, acá el miedo primordial es a la muerte en pobreza y soledad.
Vivimos entonces como esclavos, rogando que alguien se haga cargo de nosotros esclavizandonos, pues entregar a otro nuestro tiempo y nuestra energía vital nos garantiza triunfar en la consecución del dinero que necesitamos.
Vivimos en precariedad, la pobreza interior y exterior está a la orden del día, así tengamos dinero, porque no confiamos en nosotros y necesitamos que alguien nos diga quienes somos y qué hacer.
En la medida en que vamos avanzando en nuestro proceso personal, reconectando con quienes somos, con nuestros recursos internos y activando la confianza y el amor por nosotros mismos, se gesta el deseo de Servir para un Mundo Mejor.
Este servicio es muy diverso, puede ser desde encarnar la experiencia de un deportista, de un actor, de una modelo o de una persona defensora de los derechos humanos, entre muchos otros servicios.
La actividad que desarrollamos en este tiempo de esclavitud tiene por objetivo llevarnos a desarrollar habilidades que luego jugaran un papel fundamental en la Materialización del Propósito.
Esta etapa termina cuando nos decidimos a comenzar a gestionar eso que nuestro corazón nos pide como servicio.
2. Reequilibrio Kármico: Conectamos con un trabajo o actividad que hacemos desde el Amor y la Pasión, porque ya obedece a un llamado del Alma.
Es la primera vez que experimentamos libertad y sentimos la fuerza que nos da el vínculo misional con el trabajo, el amor propio crece y vamos conectando con las habilidades que vamos a compartir en Propósito.
Sin embargo aún continúan algunas trazas de la Esclavitud, pues en la mayoría de los casos nos excedemos y damos más allá de lo que podemos, perdiendo el equilibrio entre las diferentes esferas de la vida, de tal manera que podemos experimentar BornOut.
Esta etapa sobre todo nos lleva a ir consolidando la conexión intuitiva con nuestra Alma. Este relacionamiento profundo con nosotros mismos hace que la vibración vaya subiendo, es decir que poco a poco nos llenemos de más Luz – Información Sutil .
Este proceso de relacionamiento con la Energía nos permite ir cumpliendo con el reequilibrio Kármico y liberar grandes cantidades de Luz que estaba eclipsada por nuestra Sombra – Ego – Karma. En otras palabras, acá subir la vibración está en relación directa con el servicio kármico y con el proceso personal, que permite ir llenando nuestras características más desagradables de amor para que se vayan transformando en el Diamante que somos.
Este inmenso proceso de transmutación, transformación y liberación activa poco a poco nuestros sentidos sutiles y así el don que está dormido en cada uno comienza a despertar.
Para pasar a la tercera etapa necesitamos resolver y atravesar el miedo a dejar atrás casi todas las programaciones de Esclavitud, separarnos del rebaño para creer en nuestro potencial y Saltar al Vacío.
Este salto a su vez terminará de activar recursos internos que necesitamos para Crear lo que venimos a Manifestar en Propósito.
Comenzamos a reconectar con Fe verdadera y profunda Unión con el Cosmos, recordando que Somos Armonía Divina y entrando en la tercera etapa del propósito de vida.
3. Servicio Álmico: Acá creamos un servicio que da cuenta de la síntesis de todo lo que hemos vivido hasta el momento y es por esta razón que es una contribución al sistema, es decir que es creativo, novedoso, innovador y da cuenta de la libertad del creador y es por esto que está ligado a abundancia y a prosperidad.
En este punto de la evolución humana la necesidad de evadir y negar el sufrimiento disminuye ostensiblemente porque ya tenemos consciencia de la perfección de la vida humana y de la necesidad de lo desagradable como motor evolutivo.
Entonces en nuestro proceso personal nos dirigimos a resolver el sufrimiento, a sanarnos con determinación porque sabemos que detrás hay mucha belleza, amor y abundancia.
Así mismo el Observador se instala y presencia nuestro funcionamiento diario, para informarnos de todo aquello valioso, y de lo que requiere sanar para integrarse y crear síntesis.
De esta manera nos damos cuenta como las relaciones con la familia de origen, nuestra vida en pareja y con los hijos, el trabajo, el territorio, el dinero, etc son parte fundamental de la nutrición del propósito, pues en estas experiencias se gestan aprendizajes que nos llevarán al siguiente nivel de Síntesis en la que nos reconocemos como unidad en nosotros y con el entorno.
El servicio álmico también va evolucionando y nos lleva a la cuarta etapa de este proceso y nuevamente requiere un salto en Fe al vacío, confiando en la maestría configurada hasta el momento.
Este salto lleva a su vez a la entrega y al conocimiento de lo que es la Fe con mayor profundidad porque se da en medio de una sensación inconfundible de estar sostenidos, de ser amados y de ser cuidados para que nuestra evolución se dé.
Entonces, aunque el salto al vacío nunca será cómodo porque nos empuja a atravesar nuevamente el portal Muerte – Vida, esta vez el salto es sintiendo con toda claridad el acompañamiento de los Reinos Sutiles a su Fruta Madura que somos nosotros.
4. Ser Armonía Divina: La Maestría del manejo de nuestra energía se viene gestando desde la etapa anterior pues desde la tercera etapa el foco del proceso personal va llevando a reconocer y recordar las características de la energía que encarnamos.
Esto quiere decir que comprendemos que hace nuestra energía en la presencia de otros y qué servicio les presta a ellos y a nosotros, de tal manera que la modulamos para Materializar el Propósito y Ser La Armonía Divina.
Irradiar nuestra energía de manera amorosa y con maestría todo el tiempo, por lo que acá desaparece toda fragmentación del tiempo y el espacio para entrar en comunión con la Unidad, reconociendo la bella danza conectiva de la que hacemos parte.
Reconocemos el lugar fundamental de Todos los vivos y no vivos en el planeta, diluyéndose casi completamente la noción de bueno y malo, porque nos damos cuenta que todo, absolutamente todo es expresión del Amor de Dios.
Nos damos cuenta del Servicio que somos y lo que necesitamos y recibimos.
En mi opinión, llegar a esta etapa no garantiza no sufrir, simplemente ofrece una habilidad rápida y efectiva en la solución de los problemas de la 3D, por lo que el sufrimiento es menos intenso en profundidad y en duración.
En esta etapa se consolida el relacionamiento con el Dinero como consciencia Muy Sutil y Amorosa, lo que permite la manifestación, la materialización del sueño del Alma en la Tierra.
La clave en este punto es volver materia el Propósito, es por esto que se habla de manifestar y de cómo la consciencia afecta la materia, pues el planeta mismo desea que tu propósito se Real porque lleva a subir la vibración de todos.
Acá nos abrimos a la consciencia de la Tierra como parte de la Galaxia, es decir a la Gran Consciencia de Unidad.
Para sintetizar quiero presentar un listado final de las habilidades interiores que cada uno de nosotros va desarrollando en su proceso de conexión con el propósito, con la Armonía Divina que Somos, pues nos abre a la reflexividad sobre nosotros mismos. Los invito a revisarlo y a Observar las características de estos recursos internos en cada uno de ustedes.
En conclusión, el hilo conductor de la manifestación del Propósito es el proceso interior que va permitiendo consolidar los siguientes recursos:
Controlar o evadir el sufrimiento Y Resolver el Sufrimiento y Atravesar el Miedo.
Instalación sólida del Observador
Activación de la intuición como capacidad de presenciar la sincronicidad
Activación de los sentidos sutiles, del don que cada uno de nosotros tiene y que es diferente para cada caso.
Comprensión de todas las esferas de la propia vida en síntesis con el propósito de vida
El relacionamiento con el dinero como una energía muy sutil y amorosa al servicio de nuestro corazón.
Consciencia de unidad con todos los seres vivos y no vivos del planeta y de la Galaxia.
Alegría y gozo con la vida en servicio
Estos recursos para cada persona pueden ir surgiendo en diferente orden, pues los humanos somos muy distintos unos de otros y a la vez profundamente complementarios.
Con Amor,
Ana
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