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El Camino de la Codependencia a la Interdependencia para Ser Todo y Uno

  • Foto del escritor: Ana María Diaz Cuervo
    Ana María Diaz Cuervo
  • hace 4 días
  • 4 Min. de lectura


La codependencia surge como estrategia de supervivencia resultado de una estructura psíquica inmadura que no tiene la identidad fortalecida y por tal razón se adhiere a alguien que con una debilidad estructural mayor, como por ejemplo:  Hijos, Personas con retardo mental, con adicciones severas, en el espectro narcisista o también en el limítrofe o con Psicópatas.


El codependiente al estar vinculado con alguien que considera que “está peor”, construye una identidad muy frágil en relación esta persona y en este sentido es un “adicto” a las personas con “serios problemas”.


Esto hace que el codependiente funcione como un Yo Auxiliar intentando comprender y organizar a su compañer@, al punto que su vida gira alrededor de este comportamiento. Por lo tanto la autoestima del codependiente es profundamente frágil se fortalece en relación a sentirse “mejor que”.


El modelo relacional es Fusional en tanto se adhiere, se revuelve con la identidad del “otro” para crear un vínculo cargado de voracidad: de necesidad negada y proyectada en el otro. El codependiente pone en su par sus necesidades y así se libera de ellas, pensando que son del otro.


Entonces no procesa su mundo interno, sus emociones, sino que viéndolas afuera experimenta tranquilidad, porque fantasea sin darse cuenta que si controla al otro, todo está bien y como esto es imposible, el compañer@ tiene la culpa de su dolor emocional.


Hay mucha confusión en este tipo de relación porque no se sabe que es de quien,  es un eterno culpar al otro y no tomar responsabilidad.


En esta forma de existir y de relacionarse también hay necesidad de independencia que no se logra por la marcada ambivalencia. 


Establecer una distancia que permita que las dos partes se estructuren esta mediado por la ambivalencia que es: si, pero no o no pero si y este movimiento ambiguo produce una experiencia de bloqueo, parálisis y/o estancamiento.


Es por esto que es frecuente que las personas que viven esta situación intenten resolver el problema con agresividad e incluso violencia, porque hay la fantasía que para poner limite o recuperar el control debe ser así.


Esta fantasía surge de una encrucijada que se compone de:


1.       Miedo a la Soledad

2.       Culpa de abandonar al compañer@

3.       Rabia con el compañer@

4.       Sentirse desorientado, perdido sin el otro

5.       Dificultad para manejar el vacío que produce la separación


Esto hace que la ambivalencia alrededor de la búsqueda de independencia se convierta en un estado que puede llegar a ser eterno, porque hay momentos de un gran si a la independencia que luego se balancean con un gran no que esta acompañado de un deseo inmenso de estabilidad.


Esta ambivalencia puede durar Años y así promover un estado crónico de no movimiento, de estancamiento en la estabilidad.


Acá es importante aclarar que la estabilidad en si misma es un estado en movimiento que se construye y deconstruye todo el tiempo, desde afuera se ve como estabilidad, pero profundamente requiere mucho movimiento.


Para resolver este modo de vida es absolutamente necesario estructurar sólidamente nuestra identidad y desde allí ganar independencia y luego poder transitar a la interdependencia.


Una parte de la identidad se construye entrando en contacto con nuestro mundo interno: emociones y fantasías, comprendiéndolas sin juzgarlas, creando un tejido conectivo entre ellas que le da sentido a quienes somos y me permite conocer qué me gusta, qué no me gusta, qué me molesta, qué me duele, qué partes de mi son mis fortalezas, qué partes de mi son mi fragilidad y así salir del mar de ansiedad que caracteriza la falta de estructura.


También es necesario seguir el deseo, convirtiéndolo en un pasatiempo que luego se convierte en una afición sólida y que después comienza a germinar como una actividad seria que ofrecemos al planeta y que nace en nuestro jugar como niños.


Todo esto lleva a resolver el miedo a estar solos, pues vamos aprendiendo a estar acompañados de nosotros mismos y a confiar en nuestros recursos para armonizarnos y cuidarnos amorosamente.


Al momento en que nuestra identidad esta solida estamos listos para crear o rediseñar nuestras relaciones, pues nos dirigimos a aprender a crear intimidad sosteniendo lo que somos, honrando lo que el otro es y así establecemos un verdadero dar y recibir.


La interdependencia en un nivel básico nos permite colaborar, compartiendo eso que hemos creado íntimamente en nosotros, con un equipo o con un grupo y hacer así construcciones comunitarias.


Ahora quiero llevarlos a dar un paso más hacia la profundidad, si estamos listos, para reconocer nuestros profundos núcleos codependientes que, en un nivel más sutil que lo que acabo de describir, nos lleva a revisar todo con lo que nos relacionamos mas allá de nosotros mismos y que le da sentido a nuestra identidad.


Este nuevo camino reflexivo, experiencial, meditativo y espiritual pone la mirada en otro plano de consciencia para así revisar todo aquello afuera de nosotros que le da sentido – estructura a nuestra identidad.


Este es un trabajo más sutil, aventurado y fuerte porque nos lleva a renunciar a Cosas, Creencias y Experiencias que de forma profunda nos desconectan de nosotros.


Al hacer este proceso profundo vamos conectando con la estructura misma del grupo socio – cultural de origen y/o del que hacemos parte ahora, para reconocer lo que valoramos y que en coherencia sagrada con nuestra divinidad no se conecta con Ser. 


También nos lleva revisar creencias sobre lo que es la vida, la forma como debemos construir la vida y lo que es mejor hacer que no sean consistentes con nuestra belleza más profunda.


Este texto y este hilo conductor me sirven de pretexto para mostrar el camino de conexión con el corazón, con el centro, con Ser.


Este proceso de desidentificación nos lleva a conectar con nuestra esencia más Pura, es el camino de la Coherencia, la Pureza, la Armonía y por último la Soberanía de nuestro Corazón.


Así entramos en el reino de lo transpersonal, que nos lleva a poner la consciencia mas allá de nosotros mismos: en el planeta, en la galaxia y experimentar la interdependencia al conectar con la Belleza de Ser Todo y a la vez Uno y  recordar que somos parte imprescindible del tejido de la vida, que la Sabiduría, esa que emerge de Tu Corazón es un tesoro acá en la Tierra.


Feliz y Provechoso Viaje de Autodescubrimiento.



Con Amor,

Ana

 




 

 
 
 

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